Gracia bajo presión
Estrés bueno, estrés malo
Algunas presiones son saludables, e incluso necesarias. El subidón de adrenalina que se siente en el inicio de un nuevo proyecto, o cuando tenemos una fecha límite que se acerca, nos ayuda a motivarnos. Pero cuando intentamos hacer demasiado todo el tiempo, el estrés se convierte en el enemigo, literalmente. Cortisol, la hormona del estrés primario, eleva la tasa metabólica del cuerpo en preparación para una respuesta de “lucha o huida”. Aumenta la frecuencia cardiaca, la respiración y la presión arterial. También afecta a las funciones principales del cuerpo, como la digestión, la división celular e incluso nuestro proceso reproductivo, poniéndolos en espera hasta que vuelve la calma.
Al estar en constante alerta y ser capaz de reaccionar a una inminente emergencia que amenaza la vida, es fantástico cuando lo necesitas, pero vivir constantemente en ese estado es perjudicial. El estrés, afecta a nuestra capacidad de pensar con claridad y recordar cosas; se ha demostrado que aumenta la probabilidad de la depresión y puede exacerbar los riesgos de salud como la apoplejía y enfermedad cardíaca. También afecta nuestro sistema inmunológico, los científicos ahora temen que puede perjudicar nuestra capacidad para combatir el cáncer.
¿Cuándo se convertió la presión diaria en estés?
En los últimos 100 años los roles de la mujer y las oportunidades disponibles, han cambiado radicalmente hasta ser casi irreconocibles. Ahora, para la mayoría de nosotras, es perfectamente posible conseguir un doctorado, ser Director General de una empresa y tener la última palabra en nuestra relacion. Sin embargo, seguimos siendo la responsable de la crianza de los hijos y muchas de nosotras todavía buscamos crear en ese romántico ideal de la unidad familiar.
Esto inevitablemente da lugar al estres, al desarrollar una carrera junto a una vida familiar atareada. Y ‘tenerlo todo’ se puede convertir rápidamente en ‘tener que hacerlo todo´. “Cuando mi matrimonio se vino abajo, mi hijo tenía tres años, me catapultó instantáneamente como el único sostén de la familia, al mismo tiempo, tener que crear y mantener un vida para nosotros dos. En esta situación, el estrés es un arma de doble filo: no puedes permitirte el lujo de reconocerlo (porque te puede abrumar), o sucumbir a el (ya que no tienes más remedio que seguir adelante).
Detener la Noria
Entrenadora de la Vida, Isabel Van Der Ven, estaba viviendo con su esposo, Peter, en su Holanda natal, realizando un trabajo de alta potencia, como gerente de proyectos para el Ministerio de Agricultura holandés, además de ser mamá de sus hijas de dos y seis años de edad. Combinaba todo esto con un viaje diario de tres horas, su vida estaba muy plena. Isabel no se sentía que era demasiado: “Siempre había descrito mi vida como una existencia de cuento de hadas”, dice. Pero cuando encontró un bulto en el pecho mientras se duchaba, poco después de su 40 cumpleaños, podía oír como se derrumbaban todo a su alrededor.
Conmocionada cuando la comunicaron que necesitaría una mastectomía radical, Isabel hizo frente a diez meses de tratamiento, dos intentos fallidos de reconstrucción con expansor e implante y finalmente un colgajo TRAM utilizando piel y músculo de su abdomen. Se vió obligada a renunciar a su carrera, dado que el tratamiento la agotaba y la ‘quimio-cerebral’ no la permitía pensar con claridad.
Una vez finalizado el tratamiento, Isabel sintió el estrés con mayor intensidad. “Cuando ya no tienes que ir a más citas, es como si hubieran retirado tu red de seguridad. Fue entonces cuando la ira, el miedo, la confusión y las grandes preguntas como ¿qué sigue? afloran.“ Intentó colaborar como voluntaria para intentar crear una rutina diaria, pero no encontraba la actividad adecuada. Incluso la familia tomó tres meses para viajar en caravana a través de los Estados Unidos, una aventura increíble, pero, por desgracia, no cambia tu vida. Entonces, a Peter le ofrecieron un trabajo en el Reino Unido, lo que parecía una oportunidad fabulosa. “Cuando nos conocimos, acordamos que viajaríamos lo máximo posible para experimentar las diferentes culturas, así que decidimos dar el paso y realizar el traslado.”
Vivir en el sur rural de Inglaterra fue maravilloso, pero, después de ayudar a sus hijas a adaptarse al colegio, Isabel sentía que necesitaba dar otra dirección a su vida. Un día, hojeando una revista en la peluquería, encontró con un artículo sobre un curso de entrenadora de la vida, en España. “nunca había oído hablar de “entrenador de la vida” antes. Pero con sólo leer el artículo, sabía que era lo que necesitaba en ese momento”.
A veces, para reducir el estrés es necesario escapar de lo cotidiano y bajar el volumen durante un rato.
Equilibrar la balanza
Alentada por averiguar lo máximo posible sobre sí misma en el curso, Isabel decidió estudiar para licenciarse como entrenadora. Aplicó las enseñanzas a su propia vida: “Ahora entiendo más sobre mis valores, las cosas que son necesarias para sentirme realmente realizada. Esto incluye entrar en contacto con la naturaleza, una de las razones por lo que adquirimos a nuestro maravilloso Golden Retriever, Max, que me saca a pasear a diario en el campo”.
En el curso de entrenadora, preguntaron a Isabel si había algo que siempre había querido hacer, pero nunca llegó a hacer. “Siempre había querido tocar el saxofón, aunque no sé si sería buena.” Así que comenzó a aprender hace apenas cuatro años, aunque cuando la escuchan tocar, piensan que lleva tocando toda su vida.
Otro valor clave para Isabel, la independencia, que está al mismo nivel que su necesidad de trabajar y ser productiva. Y así es como nació Vive tu Vida Después del Cáncer de Mama (Live Your Life After Breast Cancer (LYLAC). Junto con su compañera Jo Lee, médico y entrenadora de la vida, también padeció cáncer de mama, y ahora dirigen talleres en todo el sur de Inglaterra, ayudando a las mujeres a conseguir retomar sus vidas después del cáncer de mama, además realizan asesoramiento como entrenadora de forma individual.
Hacer de entrenadora, ayudó a Isabel darse cuenta lo qué el estrés significaba para ella, y cómo tratarlo. “Se trata de encontrar el equilibrio, dar la misma importancia a todas las cosas que son realmente importantes en tu vida”, concluye. “Para mí, el cáncer fue un obsequio envuelto en un papel de regalo feo. Si no hubiera tenido cáncer, no habría viajado a través de los Estados Unidos, ni trasladado al Reino Unido, ni tener un perro o estar tocando en una banda de jazz-swing de éxito, además en una orquesta. Una vez que sabes qué cambios necesitas hacer, tienes que pensar muy bien cómo hacerlos posible. Entonces sabes lo que tienes que hacer.”
Gracia y equilibrio
Correr maratones y escalar montañas puede que no sea la forma de aliviar el estrés de todo el mundo, pero cuando a la podóloga, Trish Otto, fue diagnosticada con cáncer de mama a los 37 años, y comenzó los tratamientos agotadores, no quiso renunciar a algo, que no sólo le daba gran placer, sino que también la hace sentir que tiene el control, al menos en un área de su vida. Trish hacia malabares con su vida, cuando encontró un bulto en su pecho, en el 2011. Ella, su esposo y su hija pequeña, pasaban el fin de semana en Portland, Oregon, buscando escuela y una casa para alquilar, cuando la consiguieron Trish asumió su nuevo puesto de trabajo y la familia se mudó de Wisconsin. Al realizar de forma rutinaria, una mamografía, ultrasonido y biopsia, resultaron con un diagnóstico positivo, una absoluta conmoción para Trish.
Galvanizada en acción, hizo una llamada a todos sus colegas médicos, para que la ayudasen a decidir sobre el mejor tratamiento para ella, una doble mastectomía. “Tenía un cáncer muy agresivo y quería eliminarlo, en la medida de lo posible, para evitar cualquier posibilidad de reproducción”, explica. Esto fue seguido por un tratamiento difícil de quimioterapia, que se llevó a cabo en medio de su mudanza a Portland y el comienzó de su nuevo trabajo. “Me dijeron que podía tomar tiempo libre, pero les dije que no. Creo que trabajar me ayudó, además corría unos diez kilómetros cada dos días, al mismo tiempo que la quimio, mi médico pensó que estaba loca, pero sé que me ayudó a mantener mis niveles de energía”.
Trish admite que su vida había sido estresante antes de que tuviera cáncer. “Como médico, estás de guardia, y tu consulta sobrecarga. Soy adicta al trabajo y tras el diagnóstico, me vi obligada a poner mi vida en perspectiva. Ahora sé que tienes que sacar tiempo y relajarte, pero para mí, ¡eso no significa no hacer nada!” Lejos de moderarse desde su diagnóstico, además de correr maratones y ultra-maratones, Trish comenzó a escalar también. “Así es como me encontré con una señora llamada Linda, que tiene 72 años y tiene cáncer de mama que se extendió a los huesos, ¡pero es imparable!”
Los fines de semana, escalan juntas, y han recaudado fondos para organizaciones benéficas de cáncer de mama. Trish sabe que muchas mujeres encontrarían en esta actividad una manera para aliviar el estrés, bastante desalentador, pero, al igual que Isabel, ella cree firmemente que todos tenemos una manera de desconectar y olvidarnos de todo. “Necesitas un caudal através de la cual puedes filtrar tu energía. En los primeros días después de mi diagnóstico, tenía pesadillas sobre mi futuro. Pero el conocer a Linda y ver cómo vive la vida al máximo, me he dado cuenta de que tengo que hacer lo mismo. Al regresar a mi vida, he enterrado todas mis pesadillas “.
Encuentra tu válvula de seguridad
Dado que la mayoría de nosotras no podemos desprendernos simplemente de una parte de nuestras vidas, necesitamos otras formas de aliviar el estrés y reequilibrarnos. Para Isabel, descubrir lo que era importante para ella, la condujo a un trabajo diferente y sobre todo, algunos hobbies que realmente la inspiraban. Para Trish, el correr ha sido una válvula de seguridad constante en su vida.
A veces, aliviar el estrés se basa en escapar de lo cotidiano y bajar el volumen durante un tiempo. Es por eso, que las escapadas de fin de semana y relajarse en un spa son tan populares: te dan tiempo para centrarte en ti misma, ordenar tus pensamientos, o elegir no pensar en nada en absoluto. No tienes por qué esperar a las vacaciones, un paseo por la tarde de un domingo o un baño relajante en la bañera puede hacer maravillas, cuando no puedes estirar tu horario más. Reequilibrarse es terapéutico. La Psicóloga australiana, Sue Baughman, nos recuerda que la “terapia” es una técnica o actividad que promueve y ayuda a la curación, que puede ser pasiva o activa, la elección es de uno mismo. La clave es encontrar tu válvula de seguridad y a continuación, buscar tiempo para practicarlo.
Sue asesora sobre como programar “tiempo para mí” al igual que una reunión regular. “Se trata de hacer un compromiso con una práctica regular de cuidado de uno mismo - incluso si es sólo cinco minutos al día,” comenta. “Esto te permite desarrollar y cultivar una de las relaciones más importantes en tu vida, la relación con uno mismo. Si damos prioridad a nuestras reservas de energía y sentimos amor por uno mismo, estamos en una posición mucho mejor para dar a los demás”.
Este no es momento para recibir presión de los compañeros, aconseja Sue: “No sigas las indicaciones de otras personas. Ten tu propia experiencia directa y confía en tu intuición. “Es posible que ya has encontrado la forma de disminuir tu estrés. Piensa sobre las cosas que más te gustan, ya sea leer o pasear por la mañana, pasar tiempo con tus hijos o hacer dulces. Si no has encontrado la forma, embarca en un viaje glorioso de auto-indulgencia para descubrirlo. Date todo el amor y energía que te mereces, porque esta vez, ¡realmente se trata de ti!
Este artículo ha sido publicado previamente en la última edición de nuestra revista Amoena Life magazine, y que puedes leer enlinea aquí. Si quieres asegurar que recibes nuestras últimas noticias, incríbete para nuestro e-newsletter.
Contributors: Christina Relf es escritora, etilista y asesora de comunicación además de madre soltera
Sue Baughman es licenciada en psicología, instructora acreditada de Yoga Satyananda, terapeuta energética y co-autora de los retiros espirituales psicosociales.
Isabel van der Ven’s tiene una consulta en el Reino Unido, para las mujeres que han tenido cáncer de mama, Vive tu vida después del cáncer, se puede encontrar en: www.lylac.net.