Segunda oportunidad
Por Christina Relf
Cuando hablas con mujeres que han hecho cambios significativos después del cáncer de mama, emergen ciertos sentimientos compartidos. Escuchas frases como ‘Aprendí a pensar en mí primero’ , ‘esto fue una segunda oportunidad’ y ‘debes decidir qué hacer con tu vida.’ Si bien es cierto que nadie desearía un diagnóstico de cáncer, muchas mujeres descubren que cuando el cáncer las golpea les proporciona un cambio de perspectiva sobre lo que realmente importa, motivándolas a hacer balance.
También, irónicamente, es frecuente que cuando se encuentran más frágiles emocional y físicamente — después de la debilitante cirugía, quimioterapia y radioterapia, con temor por sus vidas y esforzándose para afrontar cada día- algunas hacen grandes cambios en su vida. Es como si una experiencia cercana a la muerte les diera la fuerza para hacer lo que siempre habían soñado pero nunca antes creyeron posible. O, en algunos casos, el cáncer las puso en contacto con aspiraciones y deseos que desconocían tener.
Historia conmovedora
Nadie ha dicho que hacer grandes cambios en la vida sea fácil pero Anne-Mary Degousee- Molinie cree que los cambios que hizo fueron necesarios para su supervivencia. “en 2005 cuando me diagnosticaron, mi entonces marido, que era médico, me consideró ya muerta. Pero ¡yo quería seguir viviendo! Me di cuenta de que sencillamente él no me estaba dando el apoyo que yo necesitaba. Justo antes de la radioterapia le dije que le dejaba, ya que pensé profundamente sobre lo que mi cuerpo me decía y llegué a la conclusión de que mi infeliz matrimonio era negativo para mi salud“. Fue terriblemente difícil para ella dejar a su marido e irse del pueblo de Francia donde había vivido durante muchos años pero, comenta “Pese a que mi tratamiento me dejó físicamente debilitada, emocionalmente me encontraba muy fuerte y con la determinación de seguir adelante. Después de irme sentí que podría concentrar toda mi energía en recuperar la salud“. Dos años después de llevar a cabo estos grandes cambios en su vida Anne-Mary conoció al maravilloso hombre que llegó a ser su segundo marido. A su debido tiempo, Anne-Mary iba a necesitar todo el cuidado que él pudiera darle ya que tendría que afrontar un diagnóstico posterior, en 2011. “Él era un pilar de fuerza y me apoyó cada centímetro del camino“, “incluso cuando rechacé la quimioterapia después de la mastectomía“. Otra pieza clave para el nuevo equilibrio de Anne- Mary fue dejar su exigente y estresante trabajo; algo que, a posteriori, piensa debería haber hecho antes. Reconoce que otras mujeres podrían carecer de su determinación inicial y recomienda pensar tranquilamente antes de tomar el camino que parece correcto. No obstante cree que ser implacable a ella le funcionó: “Sobrevivir al cáncer es darse cuenta de qué es realmente importante y concentrarse sólo en eso“
¡Luces, cámara, acción!
El impacto sobre la autoestima del tratamiento del cáncer de mama no debe ser subestimado. No se trata de vanidad sino de nuestro concepto integral del “yo“. No ayuda que el cáncer de mama generalmente afecta en la mitad de la vida, momento en que la mujer evalúa su aspecto físico y cómo mostrarse a su entorno. Ello podría dar lugar a inseguridades,además del trauma añadido de perder el pecho y la caída de pelo y pestañas.
Tambaleándose por el tratamiento e intentando encontrar un modo de alegrarse durante el largo y frío invierno noruego, Teresa Bancher, encontró una solicitud para mujeres interesadas en participar en un programa de televisión llamado ‘Renovación con Jan Thomas’. Jan es uno de los más famosos estilistas noruegos. “Pensé, ¿por qué no intentarlo?, así que envié un formulario de inscripción. Quizás Jan podría ayudarme en mi proceso de renovación personal“. Unos días después, fue invitada a participar en el programa. A Teresa le divirtió estar frente a la cámara y supuso para ella una semana de cambios orquestados por Jan: pelo, ropa y maquillaje. No le entusiasmó el aspecto práctico como había esperado: “Honestamente, no me gustó el color de mi pelo, los pantalones que eligieron para mí eran demasiado holgados ¡y los zapatos demasiado grandes!“. Pero descubrió que los muchos comentarios de mujeres afectadas de cáncer de mama que vieron el programa y de los famosos que conoció mientras grababan, le elevaron el ánimo inmensamente. “Me sentí como una reina. Todo el mundo dijo lo importante que era para otras mujeres que estuviera preparada para compartir mi historia y mostrarles cómo afronté los cambios en mi vida. El resultado fue que yo empecé a controlar mi vida. Aprendí a ver que todavía la vida podía ser positiva. Llegó a ser cada vez más importante cuidar a Teresa, seguir luchando y no abandonar nunca. Sin embargo, el viaje de Teresa no había finalizado. Ella no era conscinete de ello en ese momento pero estaba llegando a su versión personal del paraíso. “En mayo de 2012 fui a pasar unos días con mi amiga Bente, de Amoena en Noruega, a su segunda vivienda en España. Me sentí mucho mejor después de varios días disfrutando del sol, Fue fácil pensar en otras cosas que no fuesen el cáncer y empecé a soñar con la posibilidad de tener un pequeño piso para mí“. En septiembre, Teresa convirtió su sueño en realidad, comprando un apartamento en la Costa Blanca. Teresa siente que sus vivencias la han hecho más fuerte. “Todavía tengo momentos muy difíciles en mi vida pero me recupero más rápido que antes“ “España me hace feliz y ahora vivo día a día. He comprendido que lo importante no es cómo soy sino cómo gestiono los retos a los que me enfrento“.
Sencillamente , hazlo
Como esteticista y maquilladora, Laura Mayot diagnosticada a los 43 años, sabe lo importante que es la imagen para la autoestima de la mujer: se enorgullecía de su estilo de vida saludable, el cual hizo aún más chocante el diagnóstico. “Mi vida entera cambió en un abrir y cerrar de ojos“ dice, “¿Cómo me ha podido pasar esto a mí? Justo tres días antes de cumplir 44, comencé ocho ciclos de quimio. ¡No era precisamente el regalo de cumpleaños que tenía en mente!“. La Epifanía personal de Laura no fue de cambios espectaculares sino de darse cuenta que podría recuperar su vida, controlar sus pensamientos y reacciones y ser todo lo que siempre había sido, y aún más, después del cáncer de mama. “Quería tener el control de este monstruo de dentro de mi cuerpo. Iba a ser la batalla de mi vida“. Complicaciones de la radioterapia redujeron considerablemente la movilidad del brazo izquierdo y tuvo que trabajar con gran tesón y la ayuda de su fisioterapeuta para solucionarlo. Sabe que sus vivencias cambiaron su perspectiva de la vida. “Ser superviviente de cáncer de mama me aportó un gran positivismo. Solía tener ataques de pánico pero cuando te dan el peor diagnóstico posible, el resto parece llevadero. No volví a sufrirlos: tengo una vida por vivir y no voy a desperdiciarla preocupándome de cosas que no puedo controlar“. Para recuperar la forma Laura se apuntó a un equipo de “dragon boat“ cerca de su casa en Ontario. En la última carrera de la temporada su equipo quedó en primer lugar en los 200 metros mixtos y ganó su primera medalla de oro. “El cáncer de mama podría habernos juntado pero cada mujer del equipo es una atleta; fuerte y decidida a ganar. En el barco, teníamos un lema: sencillamente, hazlo; no hay “intentonas“. Laura está impaciente por formar parte del equipo cuando luchen por revalidar su título como campeonas internacionales de cáncer de mama “dragon boat“ en Florida en 2014. Su lucha por mantener su autoestima estuvo más que justificada cuando le propusieron aparecer en un anuncio, de televisión, de Amoena, en Canadá. Con aspecto totalmente saludable, Laura posó con lencería de Amoena, prendas de baño y ropa deportiva para hacer ver a otras mujeres que es posible tener una imagen fantástica después de la cirugía y hacer todo lo que solían hacer e incluso más. Quiere compartir con los demás sus ganas de vivir: “Mi consejo es vivir con pasión cada día. Los acontecimientos de nuestras vidas no nos determinan; lo más importante es cómo nos levantamos después de haber caído. Mirando atrás, creo que no cambiaría nada porque, aunque no pude controlar los tratamientos, sí mi actitud para afrontarlos. Actualmente vivo al día; ¿quién sabe lo que nos depara el mañana?“
Alcanzando la cima
Algunas mujeres responden al sufrimiento que experimentan haciéndose la promesa de que si superan el cáncer de mama, asumirán un reto igual a todo lo que vayan a encontrarse, no sólo por sí mismas sino en nombre de cualquier otra mujer que está sufriendo su propio proceso. Cuando Malgosia Kurtyka- Kozioł tuvo la oportunidad de escalar el Kilimanjaro, dudó si sería responsable pero después se animó a soñar. No sólo le realizaron una mastectomía radical tras encontar un bulto, posteriormente le extirparon el otro pecho y los ovarios tras detectar que era portadora del gen BRCA1. Después de la rabia y miedo iniciales, dice Malgosia: “Empecé a comprender que debía vivir para mí misma, no vivir la vida de mis hijos o marido. Así, poco a poco, empecé a cambiar. Pasé de hacer todo por los demás a hacer cosas por mí.“Solía ir en chándal; no tenía el tiempo ni la necesidad de llevar tacones, vestidos o maquillaje. Pero esta enfermedad me recordó que era una mujer y empecé a vestir cuidadosamente y proteger mejor mi piel. De repente, empecé a recibir elogios. También recibí cantidad ingente de amabilidad“. Cuando oyó hablar de la expedición al Kilimanjaro, organizada por la Fundación Pokonac Raka de Polonia, la reacción instintiva de Malgosia fue que eso no era para ella. Sin embargo, interiormente, soñaba con participar y decidió hacer el examen de salud necesario. Sorprendida de ser admitida como parte del equipo, empezó la preparación que incluía un “entrenamiento de corredor“ de 11 días, pruebas médicas, vacunas y recolectar la equipación necesaria para la grandiosa escalada. La experiencia fue, en sus palabras, “excitante, caótica,sobrecogedora“ e increíblemente desafiante. “Lo hice a pesar de ello. Fui hasta la cima del Kilimanjaro y sé que conseguiré conquistar otras cumbres, incluyendo las de la vida“. Para ella, el camino a la cúspide fue como la lucha contra el cáncer de mama. “A 130 metros del final tuve una crisis de confianza. Me sentía débil y cansada, no podía seguir. Entonces recordé un momento en que me había sentido igual durante mi quimioterapia. Ya había tenido suficiente; quise abandonar pero la posibilidad de decirlo a mi marido y mis hijos me hizo cambiar de idea y seguir adelante. De la misma manera, seguí luchando hasta la cima“. El recorrido personal de Malgosia fue tener dominio de su vida. “Ahora sé que una mujer puede hacer cualquier cosa. No tienes que esperar a tenerlo todo claro. Fui y logré una nueva vida que no puedo desperdiciar. Lo que diría a los demás es que no esperen, que escuchen su voz interior, dejen hablar a la intuición y que no tengan miedo“
Es hora de triunfar
Entonces, ¿qué inspira a las mujeres a afrontar grandes dificultades como éstas? Preguntamos su opinión a la experta en reintervención, Ann Fry. “Mucha gente hace una re-evaluación al superar el cáncer. Yo utilicé mi propia experiencia de cáncer de mama como catalizador para una nueva dirección de mi carrera y comparto mi historia con gente para demostrar que es posible hacerle frente cuando has sido diagnosticada a los 63 años, estás viviendo en una nueva ciudad sin familia cerca y nadie que te apoye. Soy la prueba viviente de que lo puedes hacer y espero servir de inspiración para otros“.
Ann se define como “catalizadora para el cambio y la reinvención“. Como ponente profesional, asesora ejecutiva, con bagaje como psicoterapeuta, profesora de universidad y administradora en programas de salud, el cáncer de mama no formaba parte de su plan de reinvención; particularmente cuando se acababa de trasladar de Texas a Nueva York para comenzar una nueva aventura. Pero Ann dice: “Lo encaré como una realidad, usé mis fuertes habilidades y ahora estoy triunfando“. (visita su web www.iamathriver.com) Para Ann, una de las lecciones más importantes que aprendió durante el tratamiento fue permitir que otros la ayudasen. Cuenta la anécdota de ir a duras penas por la calle, a recoger la colada del local de lavandería. “Estaba en la mitad de la quimioterapia, cansada y con sensación de debilidad. Al regresar al edificio de mi casa el portero me dijo: usted no debe hacer esto, podemos hacerlo nosotros. Rompí a llorar. Por ello mi consejo para las mujeres que quieren cambiar, prosperar, no sólo sobrevivir, es aprovechar tu fuerza interior y creer que pase lo que pase podrás con ello pero pedir ayuda cuando la necesites“.
¿Obstáculos? ¿Qué obstáculos?
No todos tenemos la capacidad de llegar a ser asesores de la vida, personajes de televisión o montañeros. Pero la mayoría tenemos la idea de dónde nos gustaría estar si no hubiese obstáculos para ello. Ahí es donde el cáncer de mama actúa como sorprendente impulsor porque, al principio, aparece como la barrera más alta posible pero luego, una vez que la mujer lo ha afrontado y superado, se siente a veces capaz de poder con todo. Ann dirige talleres para gente que quiere reinventar su vida después del cáncer. “Salvo que ya estés muy contenta con tu vida, si sencillamente haces lo mismo de siempre, si no te sientes feliz, necesitas hacer balance. Sólo piensa, si pudieras agitar una varita mágica, ¿cómo te gustaría que fuera tu vida? Y persigue tu sueño“. |
Escritora, estilista y consultora de comunicación, Christina Relf vive cerca de Winchester en el sur de Inglaterra. Le apasiona la creación de la vida que tú quieres y la importancia de hacer lo que te gusta tan a menudo como sea posible.